La vida era demasiado preciosa para despilfarrarla en el lujo recóndito de una pecera.
La libertad, el dolor, la piel y el acero destelleaban a la orilla del charco.
Convertí las branquias en pulmones.
De las aletas hice brazos; de la cola, piernas.
Hice que me salieran pestañas y párpados para no deslumbrarme con tu cara.
De la imagen de tu cuerpo hice un corazón que palpita por ti.
Me falla a veces.
¿Y a quién no?
Imaginándote desnuda
desde el charco. Indeciso,
boqueando sueños.
nán
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7 comentarios:
(gracias)
Puedo parecerte ingrata, pero créeme sólo soy torpe.
Te leo en tu blog y en otros blogs, te admiro, y cada vez que encuentro tus palabras en mi espacio me pregunto qué suerte de destino hizo que un hombre bueno y sabio como tú decidiera acompañarme y tenderme sus palabras, como manos tomando mis manos.
No hay silencio de mí hacia ti, sólo torpeza.
Discúlpame y acepta mi agradecimiento.
Ni me pareces ingrata ni eres torpe. Posiblemente tímida, te desconoces.
Siempre me he sentido muy a gusto junto a tus palabras. Siempre con esa sensación de un sitio tranquilo, donde nadie nos lee (aunque sé que eso acaba siendo falso, la sensación es de que no pasa nadie). Tú pones algo, normalmente me provoca un comentario; muchas de las veces añades un comentario al mío. Y ya está.
Si alguna vez consigo terminar el semilargo poema a mi vida con mi madre, a la que aprendí a valorar, por lo que me fueron contando otros, cuando hacía dos años que había muerto (y no es que yo fuera un niño, que tenía ya 30 cuando eso pasó; es que simplemente lo que tenía de especial me parecía lo natural). Si termino ese poema y lo lees, entenderás ese sentido de la libertad que me transmitió.
El poema se llama "Mi vida como gato" y tiene tres partes: cuando yo tenía entre dos y cuatro años (las fotos de marinerito, por eso las puse, porque ese niño es el "sujeto poético"), uma representación de la vida libre en la adolescencia y su muerte en la luz. Más una conclusión sobre la libertad y su gran paradoja: cómo la no exigencia hacia el otro crea también una distancia dolorosa.
Los dos últimos versos de la conclusión y del poema (si no cambia, porque por las fotos del marinerito fíjate cuánto tiempo llevo en esto, que a lo mejor no llega en total a los 100 versos), son:
«Vivir fue bueno
pero no nos conocimos».
Bueno, me he enrollado con otras cosas y es tarde. En realidad entré para decirte que el poema "Mi vida como pez" (te robaría el título entero, pero sería rastreable por google hasta tu blog, por eso lo cambio un poco, aunque tu título es mejor) me resulta gracioso y creo que tiene un par de significados ocultos. Me lo he copiado para guardarlo. Me parece que va muy bien para la serie Centimétros. Es posible que alguna vez lo ponga en algún sitio y para que esté completo tu texto debería aparecer como cita.
La pregunta es ¿Me dejas usar tus dos líneas como la cita que desencadena el poema? ¿Firmo la cita como "Winsta"? (nunca revelaría a nadie sin tu permiso que estás con otro nombre en otro sitio). ¿O la firmo como "Una Blogger"?
Sí, me gustaría mucho leer "Mi vida como gato". Espero las referencias para encontrarlo en librerías cuando esté.
Y sí, me gustaría que junto a tu hermosísimo poema aparecieran las dos líneas de winsta. Tú me nombraste así, puedo llevar otros nicks, pero soy winsta. Así que me sentiré orgullosa de "estar" junto a tus palabras.
(Tengo una carpeta llena de folios que imprimí con todo lo que escribes y me gusta. Prefiero el tacto del papel a la pantalla.)
Me gusta leer lo que escribes.
Gracias por todo.
¿Qué es la serie Centimétros?
Dos cosas, cuando dices que soy "bueno y sabio", no respondo nada por vergüenza, no porque crea que tienes razón. Espero que el camino me lleve hasta eso en el último minuto de mi vida. De momento es un proceso.
La segunda: la serie Centimétros son poemas que supuestamente se me ocurren en el metro y son breves. No llevo varios días pensándolos, cambiándolos, terminándolos o abandonándolos. Pero por ejemplo el del pez se me ocurrió en un instante al leerte, sin ir en metro. Sería un centimétro.
Lo que sí tienen es la rapidez y la sensación de que no son míos. Vampirizo a los que me rodean, sobre todo en el metro, y escribo poemas que son la expresión de sus sentimientos.
La serie se llama así porque quiero que lleguen a ser 100 y estár basados (más o menos) en el metro. Por eso acentúo en "Centimétros", para que no se lea "centímetros".
Poetiquita, que te dediqué a ti, es un centimétro.
Si hubiera nacido más tarde,
no tanto como tú,
lo bastante para que fuera suficiente,
habría puesto las palmas de las manos
para encajar tu rostro
librarte de lo inútil
y lograr, suavemente,
que sintieras
cómo asombras al mundo.
dedicado a Carmen, es otro.
Si todos los poemas que escribes para Centimétros son como los que he leído, tu libro será un gran libro.
Gracias por compartir.
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