Tienes razón: sin duda
esto era el mar y nos mecía
entre una orilla y otra, removía
las sábanas, marcaba con espuma
los gritos de partida o de llegada,
aventaba a cubierta peces muertos.
Tienes razón. Pero en el puerto
nos esperaba el hambre de las ratas.
Aurelio Asiaín
viernes, 22 de febrero de 2008
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5 comentarios:
Esto era el mar
tener que subir a gatas por la orilla
reprimir la náusea cuando
faltaban las mareas
despejar de besos
los besos que nunca fueron para mí
y ahora me llegan
en un oleaje de siempre
Me quedo con tu poema. Definitivamente.
Y con el final:
"los besos que nunca fueron para mí
y ahora me llegan
en un oleaje de siempre"
Es un magnífico regalo.
Gracias.
No hay de qué.
Paso y paso, pero no escribo nada porque este poema me pone triste. El final gris parece tan ineludible.
Sí, nán, el final es triste y parece ineludible, pero Carmen le dio un giro esperanzador.
Cuestión de mirar "el mar" con sus ojos. Inténtalo.
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