¿Y qué más?
¿No tienen bastante con que todos los días que el buen Dios ha hecho, limpie el barro que cae de sus zapatos de ricos, que aspire el polvo de sus deambulaciones de ricos, que escuche sus conversaciones y sus problemas de ricos; que alimente sus perritos, sus gatitos, que riegue sus plantas, que limpie las narices de sus niños, que reciba sus aguinaldos y es entonces en el único momento en que no juegan más a ser ricos; que huela sus perfumes, que abra la puerta a sus conocidos, que distribuya su correo, lleno de extractos de banco de sus cuentas de ricos, con sus rentas de ricos y sus descubiertos de ricos; que me fuerce para responder a sus sonrisas, que viva, en fin, en un inmueble de ricos; yo, la portera, la menos que nada, la cosa detrás de la vitrina, a la que se saluda rápidamente para tenerla en paz, porque es molesto ver esa cosa vieja acurrucada en su reducto sombrío, sin lámparas de cristal, sin zapatos de charol, sin abrigo de pelo de camello; molesto, pero al mismo tiempo es tranquilizador, como una encarnación de la diferencia social que justifica la superioridad de su clase, como un reflejo que exalta su munificencia, como un valedor que realza su elegancia -no, no tienen bastante, porque aparte de llevar día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto y, lo que es peor, año tras año, esta existencia de reclusa indecorosa, encima tendría que comprender sus penas de ricos?
Si quieren noticias del Maaaaestro, que vayan a llamar a su puerta.
Muriel Barbery
Una golosina
¿No tienen bastante con que todos los días que el buen Dios ha hecho, limpie el barro que cae de sus zapatos de ricos, que aspire el polvo de sus deambulaciones de ricos, que escuche sus conversaciones y sus problemas de ricos; que alimente sus perritos, sus gatitos, que riegue sus plantas, que limpie las narices de sus niños, que reciba sus aguinaldos y es entonces en el único momento en que no juegan más a ser ricos; que huela sus perfumes, que abra la puerta a sus conocidos, que distribuya su correo, lleno de extractos de banco de sus cuentas de ricos, con sus rentas de ricos y sus descubiertos de ricos; que me fuerce para responder a sus sonrisas, que viva, en fin, en un inmueble de ricos; yo, la portera, la menos que nada, la cosa detrás de la vitrina, a la que se saluda rápidamente para tenerla en paz, porque es molesto ver esa cosa vieja acurrucada en su reducto sombrío, sin lámparas de cristal, sin zapatos de charol, sin abrigo de pelo de camello; molesto, pero al mismo tiempo es tranquilizador, como una encarnación de la diferencia social que justifica la superioridad de su clase, como un reflejo que exalta su munificencia, como un valedor que realza su elegancia -no, no tienen bastante, porque aparte de llevar día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto y, lo que es peor, año tras año, esta existencia de reclusa indecorosa, encima tendría que comprender sus penas de ricos?
Si quieren noticias del Maaaaestro, que vayan a llamar a su puerta.
Muriel Barbery
Una golosina
6 comentarios:
¿El texto está completo? Me parece una desgarradora confesión de la frustración. Realmente, nos falta mucho por leer.
Siempre me traes textos para descubrir. Gracias.
Por cierto, si tú alguna vez te sientes así me lo dices que me voy donde quiera que estés y entre tres o cuatro ponemos las cosas claras. Jeje.
Vale, Carmen, cuando me sienta así, te aviso. Tengo ganas de verte en acción con esos tres o cuatro que te van a acompañar.
Jajajaja!
Un besazo.
Sí, el texto está completo, es el único fragmento del libro Una golosina en que habla Renée, la portera, que será, en el segundo libro de Barbery La elegancia del erizo, el personaje principal y que aquí sólo está esbozado.
Cuando tengas un ratito lee La elegancia del erizo. Te va a gustar.
Lo haré, gracias. Y no te preocupes, yo y los míos somos muy profesionales en algo.
L se lo compró y lo tengo ahí, en la pila de libros que "casi seguro" leeré.
Tu entrada le ha hecho subir varios puestos. Magnífico extracto.
nán, el extracto es del primer libro de Barbery, en él ya se intuye ese magnífico personaje que será Renée en La elegancia del erizo.
Qué suerte que L lo comprara porque seguro que vas a disfrutar mucho su lectura.
Nunuaria, te echamos de menos. Aaaayyyy (suspirillo mariquita)
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