I mentre continuava la feina, es va adonar que tenia al cap la balada del Rei dels verns de Schubert. No era la música ideal per a aquella tasca. Habitualment la Pannonique es programava al cervell unes quantes simfonies que li donaven l’energia indispensable per a un treball tan físic --Saint-Saëns, Dvorak-- però ara, aquell lied lacerant se li enganxava al crani i li minava les forces.
Amélie Nothomb
Àcid sulfúric
Amélie Nothomb
Àcid sulfúric
4 comentarios:
Me he leído cuatro novelitas de Nothomb en las últimas semanas. He visto que tengo Ácido sulfúrico, que no leí, así que voy a por él muy pronto.
Bueno, no me ha gustado especialmente, pero tiene esos destellos propios de una gran escritora como es Nothomb.
nán, dime algo cuando la leas.
¿Vale?
vale, pero acabo de empezar la Elegancia del erizo, otra de las novelas de las que hablaste.
Me encantó esa novela.
Disfruta con el enfado monumental de la protagonista por una cuestión lingüística.
Deliciosa.
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