Yo era la extraña,
la apátrida,
la sin nombre.
Yo trazaba palabras en la arena
para que el mar las arrastrara,
pero una voz me respondió.
Era como un espejo.
Luego llegaron otras voces
y no pude entenderlas
y abandoné la isla.
Yo soy la extraña,
la apátrida,
la sin nombre.
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