Teniendo en cuenta y considerando
el progresivo deshielo de los mares
el efecto invernadero
la veloz extinción de las especies
el hambre feroz en África y el sida
las guerras religiosas en Oriente
los miles de mujeres asesinadas
por sus hombres más cercanos
la progresión del cáncer
la infibulación de las niñas
el aumento del precio del petróleo
el turismo sexual en Tailandia
las múltiples torturas impunes
el numeroso grupo de dictaduros
y dictablandos
el tráfico de armas
el tráfico de órganos
el tráfico de blancas
las matanzas los genocidios
las violaciones y los accidentes automovilísticos
el hecho de que tú y yo ya no hagamos el amor
es sencillamente irrelevante.
Cristina Peri Rossi
Pido disculpas por el post anterior.
miércoles, 23 de mayo de 2007
lunes, 21 de mayo de 2007
Y me eché a llorar
“Te he cambiado por el Bookworm Deluxe”
Cuando leí este verso de Cristina Peri Rossi, sonreí. La imaginé frente al ordenador, como yo, luchando contra la ficha roja que, no importa lo hábiles que seamos con las palabras, acaba siempre por incendiar la biblioteca.
Cuando leí este verso de Cristina Peri Rossi, sonreí. La imaginé frente al ordenador, como yo, luchando contra la ficha roja que, no importa lo hábiles que seamos con las palabras, acaba siempre por incendiar la biblioteca.
Anoche, víctima del insomnio y tu recuerdo, construía palabras, apilaba puntos, pasaba de nivel.
Pensé en Cristina.
En todas esas mujeres que juegan de madrugada al Bookworm Deluxe.
En mí.
Y me eché a llorar.
domingo, 20 de mayo de 2007
Sucedáneos
Las palabras se rebelan
Me revelan Te revelan
Complejidad de deseos
Pásame el caramelo que conoce tu boca
Tus dientes mordisquean el silencio
Frutas salvajes, moras
Tengo sed de tu aliento
Acaricio el teclado
Me detengo
Hay cosas que me pueden
Tus palabras Tu vida
No sé nada
Hoy me duelo de amarte desde lejos.
Me revelan Te revelan
Complejidad de deseos
Pásame el caramelo que conoce tu boca
Tus dientes mordisquean el silencio
Frutas salvajes, moras
Tengo sed de tu aliento
Acaricio el teclado
Me detengo
Hay cosas que me pueden
Tus palabras Tu vida
No sé nada
Hoy me duelo de amarte desde lejos.
sábado, 19 de mayo de 2007
No es mi aura
Son las luces de El Corte Inglés.
Lo que ves en mi cara
no es una sonrisa,
es un escaparate.
Es una tienda.
Es una barra libre.
"Entra y coge lo que quieras".
Hoy estoy de rebajas,
hoy acaricio gratis.
Hoy me vendo
a este mar de gente
que espera el semáforo
que tan bien me conoce,
porque no me conoce nada.
Hoy regalo palabras.
Hoy estoy de promoción.
Hoy podría convencer a cualquiera
de que me comprara un rato,
de que me amara toda la vida.
Mañana cambio el escaparate.
Lo que ves en mi cara
no es una sonrisa,
es un escaparate.
Es una tienda.
Es una barra libre.
"Entra y coge lo que quieras".
Hoy estoy de rebajas,
hoy acaricio gratis.
Hoy me vendo
a este mar de gente
que espera el semáforo
que tan bien me conoce,
porque no me conoce nada.
Hoy regalo palabras.
Hoy estoy de promoción.
Hoy podría convencer a cualquiera
de que me comprara un rato,
de que me amara toda la vida.
Mañana cambio el escaparate.
Carmen Ruiz Fleta (Zaragoza, 1978) es autora del libro de poemas Música de perros (Chorrito de Plata).
(Babelia 19-5-2007)
miércoles, 16 de mayo de 2007
viernes, 11 de mayo de 2007
Definición de poesía
La poesía es un esfuerzo del ser insatisfecho por encontrar satisfacción mediante las palabras y, de vez en cuando, del pensador insatisfecho por encontrar satisfacción mediante sus emociones.
Wallace Stevens
Wallace Stevens
lunes, 7 de mayo de 2007
Principio de incertidumbre
Todo hay que observarlo, pero a veces nuestra mirada altera lo que vemos. Desconocemos lo que ha ocurrido en realidad o qué habría ocurrido si no hubiésemos metido las narices en ello. Así que lo ocurrido no existe. Nuestra mirada lo cambia todo.
Esta es la exposición del Principio de incertidumbre de Heisenberg que hacen los hermanos Coen en El hombre que nunca estuvo allí.
Esta es la exposición del Principio de incertidumbre de Heisenberg que hacen los hermanos Coen en El hombre que nunca estuvo allí.
Cada vez estoy más convencida de que mientras más observamos, menos comprendemos.
martes, 1 de mayo de 2007
Raons de l'imaginari
Aquella dona habitada de records i de silencis
la lluna-poema sense nord ni fi
la penyora trencadissa de la feminitat
s’afanya a escriure
com ho han fet sempre tantes dones
per salvar-se de la bogeria.
.
Aquella dona clara i transparent,
la que estén al sol cada penyora
perquè l'atzar li'n faci records infinits,
la dama-dona encadenada
s'afanya a escriure
on les paraules fan refugi.
.
Aquella dona recipient de melangies,
la que entra a la refugioteca
quan el llevant aixeca el vol,
ella entre aquells llibres
també s'afanya a escriure
i s'arrela un poc en cada mot.
Aquesta dona naufragi impertorbable,
l'agitadora clandestina de vodkesambllimona
la veu suïcida que incita a la cita del plagi
la màscara de l'imaginari,
s'afanya a escriure
allà on la vanitat conrea els somnis.
Helena Porteros
Helena Porteros
sábado, 28 de abril de 2007
Hoy, Júpiter
Con la misma actitud atenta y respetuosa que Le Philosophe lisant de Chardin muestra ante el libro, he leído el último, y esperadísimo por mí, libro de Luis Landero, pero también con el regocijo del reencuentro después de cinco años. Landero ocupa un lugar de honor en mi biblioteca y jamás me ha defraudado. ¡Gracias, Landero!
Y así como el lector de Chardin tiene a mano el cálamo para iniciar en los márgenes su diálogo con el libro, así yo tomé el lápiz para adentrarme en el universo de Landero y así lo hace Tomás frente a Chéjov en el fragmento de Hoy, Júpiter que transcribo.
Y así como el lector de Chardin tiene a mano el cálamo para iniciar en los márgenes su diálogo con el libro, así yo tomé el lápiz para adentrarme en el universo de Landero y así lo hace Tomás frente a Chéjov en el fragmento de Hoy, Júpiter que transcribo.
.
El libro que está leyendo Tomás es El tío Vania, de Chéjov. Ha terminado el primer acto y ahora vuelve atrás y comienza a leer de nuevo, esta vez muy despacio, las primeras líneas:
.
Un jardín. Se ve una parte de la casa, con su terraza. En una avenida, bajo un viejo álamo, hay una mesa servida para el desayuno. Sillas, bancos. Sobre uno de los bancos, una guitarra. Un columpio. Son las dos de la tarde. Marina, una campesina vieja, de movimientos torpes, hace calceta junto al samovar. Cerca de ella, Astrov pasea arriba y abajo.
MARINA (sirviendo un vaso de té): Bebe, hijo.
ASTROV (tomando el vaso con desgana): No me apetece.
MARINA: ¿Prefieres un poco de vodka?
ASTROV: No. No todos los días tomo vodka. Además hace bochorno.
(Pausa)
Ama, ¿cuántos años hace que nos conocemos?
Un jardín. Se ve una parte de la casa, con su terraza. En una avenida, bajo un viejo álamo, hay una mesa servida para el desayuno. Sillas, bancos. Sobre uno de los bancos, una guitarra. Un columpio. Son las dos de la tarde. Marina, una campesina vieja, de movimientos torpes, hace calceta junto al samovar. Cerca de ella, Astrov pasea arriba y abajo.
MARINA (sirviendo un vaso de té): Bebe, hijo.
ASTROV (tomando el vaso con desgana): No me apetece.
MARINA: ¿Prefieres un poco de vodka?
ASTROV: No. No todos los días tomo vodka. Además hace bochorno.
(Pausa)
Ama, ¿cuántos años hace que nos conocemos?
Abre una navajita, aguza a conciencia el lápiz, hace un montoncito de limaduras y virutas y vuelve a leer, dos, tres, cuatro veces, el mismo fragmento. ¿Qué os sugiere este texto? ¿Qué destacaríais vosotros en él?, le preguntará esta misma mañana a sus alumnos. O te preguntarán a ti dentro de dos o tres años, cuando presentes la tesis o hagas oposiciones a la universidad. Cuando quiera, señor Montejo, le estamos escuchando, y entonces tú tendrás que hablar con brillantez y a la vez con rigor. Así que se concentra en las frases que ya se sabe casi de memoria, achica los ojos, se acaricia con el dorso de un dedo los labios fruncidos y una a una va eliminando las palabras, convirtiendo el pensamiento verbal en imágenes, solamente en imágenes. Su mente es ahora un cuadro de figuras nítidas, exactas. Ve la mesa y el servicio de desayuno (en la tetera se refleja una rama del álamo y entre el temblor de hojas se distinguen trocitos pálidos de cielo), la guitarra, el columpio, la mujer que hace calceta -sus manos presurosas-, el hombre que pasea; siente el bochorno de las dos de la tarde y el sabor del té frío. Un buen rato se abisma con los ojos cerrados en la contemplación minuciosa, sensual, de la escena. Luego, enciende un cigarrillo y vuelve al libro.
El lápiz está tan afilado que salta una mínima esquirla de la punta al apoyarlo en el papel. Subraya las palabras “desayuno”, “guitarra”, “columpio” y “bochorno”. Hace una llamada y escribe al margen: “Guitarra que no suena, columpio que no se mueve, desayuno que nadie come, bochorno que anuncia una tormenta que aún tardará en llegar”. Y, tras un rato de meditación, añade: “Inmovilidad, impotencia, hastío. Los objetos quieren decirnos algo, están a punto de convertirse en signos”. Luego subraya “calceta” y “pasea arriba y abajo” y anota: “Los dos únicos movimientos transmiten la sensación de rutina y de tedio”, y de allí traza una línea cuya punta de flecha va a dar a la frase final: “¿Cuánto tiempo hace que nos conocemos?”. ¿Cómo diría esta frase un buen actor? Y escribe: “Como si dijera: ¿Cuánto tiempo hace que nos pudrimos aquí? ¿Cuántos años de nuestras vidas llevamos perdidos estúpidamente? ¿Qué sentido tiene nuestra existencia?”. Toma un lápiz rojo y hace una última llamada: “Qué pasa cuando no pasa nada: eso es lo que nos cuenta exactamente Chéjov”.
jueves, 26 de abril de 2007
Especialmente en abril
Especialmente en abril
se echa a la calle la vida.
Cicatrizan las heridas
y al corazón, como al sol,
se le alegra la mirada
y se abre paso entre las nubes.
Al paisaje se le suben
los colores a la cara.
Y apetece ir donde cubre
a nadar contracorriente.
En abril especialmente
-en Buenos Aires, octubre-.
Se ruega al señor "fulano de tal"
-dice la voz de la conciencia malherida-
que haga el favor de personarse
urgentemente en la salida.
Que el día más insospechado
y de cualquier manera,
en el lugar más imprevisto
se puede aparecer la primavera.
Especialmente en abril
la razón se indisciplina
y como una serpentina
se enmaraña por ahí.
Van buscando los rincones,
sofocadas, las parejas.
Hacen planes y se dejan
llevar por las emociones.
Sin atender, imprudentes,
el consejo de Neruda:
"que las nieves son más crudas
en abril especialmente".
Se ruega al señor "fulano de tal"
-dice la voz de la conciencia malherida-
que haga el favor de personarse
urgentemente en la salida.
Que el día más insospechado
y de cualquier manera,
en el lugar más imprevisto
se puede aparecer la primavera.
Especialmente en abril…
Joan Manuel Serrat
se echa a la calle la vida.
Cicatrizan las heridas
y al corazón, como al sol,
se le alegra la mirada
y se abre paso entre las nubes.
Al paisaje se le suben
los colores a la cara.
Y apetece ir donde cubre
a nadar contracorriente.
En abril especialmente
-en Buenos Aires, octubre-.
Se ruega al señor "fulano de tal"
-dice la voz de la conciencia malherida-
que haga el favor de personarse
urgentemente en la salida.
Que el día más insospechado
y de cualquier manera,
en el lugar más imprevisto
se puede aparecer la primavera.
Especialmente en abril
la razón se indisciplina
y como una serpentina
se enmaraña por ahí.
Van buscando los rincones,
sofocadas, las parejas.
Hacen planes y se dejan
llevar por las emociones.
Sin atender, imprudentes,
el consejo de Neruda:
"que las nieves son más crudas
en abril especialmente".
Se ruega al señor "fulano de tal"
-dice la voz de la conciencia malherida-
que haga el favor de personarse
urgentemente en la salida.
Que el día más insospechado
y de cualquier manera,
en el lugar más imprevisto
se puede aparecer la primavera.
Especialmente en abril…
Joan Manuel Serrat
Suscribirse a:
Entradas (Atom)