La noche es un jinete envuelto en sombras,
la almohada, una red de cazar mariposas.
Las horas se desgajan como fruta madura.
El libro abierto calla. No hay respuesta.
En la ventana llora una lluvia imposible
y una pálida mano enmudece la luz.
La oscuridad derrama el cangilón del miedo.
La acacia se reprocha su racimo de nieve.
La noche es un jinete con un látigo negro.
La noche es un jinete cruel como la muerte.
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