viernes, 28 de marzo de 2008

Aquarela



E o futuro é uma astronave que tentamos pilotar.
Não tem tempo nem piedade, nem tem hora de chegar.
Sem pedir licença muda nossa vida e depois convida a rir ou chorar.

martes, 18 de marzo de 2008

Tras la barra

Tras la barra el espejo te devuelve
movimientos confusos, gestos claros,
la impunidad de un cuerpo que se sabe
hermosamente obsceno, deseable.
Inclinas la botella sobre el vaso,
sonríes por oficio, ocultas la desgana
y sin saber si arriesgas mucho o nada
decides formar parte de la farsa
y el cansancio y el sí se asoman a tus labios
mientras la noche turbia se derrama.

viernes, 14 de marzo de 2008

Maquillaje

Yo os quiero confesar, don Juan, primero,

que aquel blanco y color de doña Elvira

no tiene de ella más, si bien se mira,

que el haberle costado su dinero.


Pero tras eso, confesaros quiero

que es tanta la beldad de su mentira

que en vano a competir con ella aspira

belleza igual de rostro verdadero.


Mas... ¿qué mucho que yo perdido ande

por un engaño tal, pues que sabemos

que nos engaña así Naturaleza?


Porque ese cielo azul que todos vemos

ni es cielo ni es azul:¡Lástima grande

que no sea verdad tanta belleza!
Argensola

lunes, 10 de marzo de 2008

Danser encore



Avant d'être dans le noir, je veux garder l'espoir et danser encore.

miércoles, 5 de marzo de 2008

lunes, 3 de marzo de 2008

El perseguidor

El artista persigue algo, generalmente desde niño, y no sabe por qué, ni qué es lo que persigue. Cuando Julio Córtazar hace un relato interno del seísmo que mueve los cimientos de un hombre y que lo convierte en artista, piensa en el fiero y dulce Charlie Parker -a quien llamaban Bird- y lo nombra El perseguidor. Todo artista persigue, sin reposo, sin fin, sin encontrar. ¿Persigue qué? No la fama, el bienestar, su estatua: el artista ni se acuerda de eso. Ni siquiera persigue formas, obras: es asombroso comprobar cómo olvida el artista cualquier obra ya concluida y corre tras de otra. Es que para él sus obras no son otra cosa que un medio, nunca un fin. Las obras son como escalones por donde el perpetuo perseguidor sube -o baja- en busca de algo que se escapa siempre.
Félix Grande