viernes, 14 de marzo de 2008

Maquillaje

Yo os quiero confesar, don Juan, primero,

que aquel blanco y color de doña Elvira

no tiene de ella más, si bien se mira,

que el haberle costado su dinero.


Pero tras eso, confesaros quiero

que es tanta la beldad de su mentira

que en vano a competir con ella aspira

belleza igual de rostro verdadero.


Mas... ¿qué mucho que yo perdido ande

por un engaño tal, pues que sabemos

que nos engaña así Naturaleza?


Porque ese cielo azul que todos vemos

ni es cielo ni es azul:¡Lástima grande

que no sea verdad tanta belleza!
Argensola

2 comentarios:

carmen moreno dijo...

O lo que es lo mismo:¿A qué la mushasha parece buena gente y tó? Pos nó que es una pedazo de ...

Era algo muy normal en la época, la misoginia, digo. El dolor, en cambio qué universal y atemporal que es, ¿verdad?

nunuaria dijo...

Maquillaje del cuerpo y del alma. Cada vez más sofisticado.
Así somos.
Y el dolor no distingue entre unas y otros.
¡Qué gran tango y qué grande Adriana Varela!