lunes, 23 de junio de 2008

Yefim Bronfman



Tiene un torso macizo, es una fuerza de la naturaleza camuflada en una sudadera, alguien que ha entrado en el Cobertizo Musical al salir de un circo donde es el forzudo y que se sienta ante el piano como si fuese un desafío ridículo a la fuerza gargantuesca con la que se recrea. Yefim Bronfman no parece tanto la persona que va a tocar el piano como el operario de mudanzas que va a llevárselo. Yo nunca había visto a nadie tocar el piano como lo hace este judío ruso sin afeitar, bajo y robusto, como un tonel. Cuando terminó pensé que deberían tirar el piano, pues lo machaca, no le permite ocultar nada. Todo lo que contiene el instrumento sale afuera, y sale con las manos en alto. Y cuando lo ha hecho, cuando todo ha salido, hasta la última pulsación, el pianista se levanta y se va, dejando detrás nuestra redención. Tras un garboso ademán, se marcha de repente, y aunque se lleva consigo todo su fuego, una fuerza no inferior a la de Prometeo, ahora nuestras vidas parecen inextinguibles.
Philip Roth
La mancha humana

3 comentarios:

NáN dijo...

El hecho de que los vídeos solo os puedo ver (oír) en casa, y los 9 minutos de duración, han retrasado hasta este momento disfrutar de ese juego de la descripción de Roth y la visión de ese pianista.

¡Genial, nunuaria!

carmen moreno dijo...

Toma ya!!!

nunuaria dijo...

nán, me alegra que te haya gustado.
Nunca había leído un comentario musical parecido al que hace Roth, así que me fui a buscar un vídeo de Bronfman, no encontré ninguno en el que interpretara a Prokofiev que es el que se menciona en la novela así que colgué este.
¡Impresionante!

Carmen, algo parecido pensé yo al leer: "Cuando terminó pensé que deberían tirar el piano, pues lo machaca, no le permite ocultar nada. Todo lo que contiene el instrumento sale afuera, y sale con las manos en alto."
:)

Besos a los dos.