jueves, 22 de noviembre de 2007

Primera lectura adulta

Tenía nueve años cuando cambié las aventuras de Guillermo Brown, las de las gemelas en Santa Clara y todos los libros de Julio Verne por otro tipo de lecturas.
Era invierno, llovía, me pudo la curiosidad y decidí coger un libro que mi madre estaba leyendo, El abogado del diablo de Morris West.
Secuestré el libro y lo leí a escondidas. No entendí mucho de qué iba, pero leerlo me causaba la desazón de lo prohibido y lo que sucedía entre los personajes era algo completamente nuevo para mí, así que aquella lectura, de la que no saqué mucho en claro pero que me apasionó más que cualquiera de los libros que había leído hasta entonces, fue la puerta que me abrió la biblioteca de mi padre.
De esa manera me acerqué a personajes como Sorel, Bovary, Zhivago, Castorp y muchos otros. Casi todos esos libros los he vuelto a releer, menos El abogado del diablo.
No quiero perder aquella sensación que tuve a los nueve años.

¿Cuál fue tu primera lectura adulta?

6 comentarios:

´´ dijo...

Pues no se , yo leia los libros del cole , los de castellano eran un palo , pero los de catalan eran buenos , "I Un dia sera dema " "En miquel sobre l' esfalt " , no es que fuera lectura muy adulta , pero por ejemplo yo cuando lei "En Miquel sobre l'asfalt. " me di cuenta que en el colegio no aprenderia nada y que tenia que salir a la calle a dar vueltas , mis campanas a partir de ese momento fueron de antologia , pase por mas de cuatro coles .

nunuaria dijo...

Francis, cada día me caes mejor, eres un rebelde.

(Anoto "En Miquel sobre l'asfalt", cualquier día me paso por la biblioteca y lo pido. Tengo curiosidad.)

NáN dijo...

Pues no ecuerdo demasiado bien.

Recuerdo montañas y montañas de tebeos. Aprendí a leer con menos de 4 años (por aburrimiento, en una casa en la que no se podía hacer ruido). Por esa misma razón, me compraban montañas de tebeos.

Pero lo primero que recuerdo eran unos libritos encuadernados en tela de color rojo, con ilustraciones a color que eran pequeñas láminas pegadas a mano por la parte de arriba. Uno era la Odisea y el otro la Iliada.

Seguí leyendo tebeos y más tebeos.

Me leí todos los volúmenes de "Selecciones de Reader's Digest". Llegó Guillermo Brown, que no me hacía gracia porque todo me parecía demasiado real (hacía más o menos lo mismo que yo y no había distancia ni ironía: yo también regalaba caramelos a mis hermanos mayores en su santo, para que volvieran a mí). Julio Verne,¡Sí!

Cumplí los 12 y mi hermano mayor (que hacía de padre) me compró todas las adaptaciones de clásicos que se publicaban. Además, había perdido la inocencia y ¡Guillermo Brown ya me hacía reír! (Nunca leí aventuras de los cinco ni nada de eso)

Pero como tú con ese libro, aunque no fueran a lo mejor los primeros la fuerza de las dos obras de Homero marcó mi futuro.

nunuaria dijo...

nán, a mí nunca me gustaron los cómics y a Homero llegué mucho después que tú.
Gracias por contármelo.

Flavia Company dijo...

La verdad es que no consigo recordar cuáles fueron de verdad mis primeras lecturas adultas -que no de adulta-. Creo que la cosa empezó por la poesía, y sin duda, si eso es cierto, por Cernuda, Celaya, Otero, Lorca y sobre todo Salinas.
Después, enseguida, Cortázar. Y ya se destapó la locura.
Sí recuerdo perfectamente la sensación de vivir únicamete para leer. Tardes y tardes y noches y noches. Un afán insaciable. Nunca más he leído TAN así.

nunuaria dijo...

Flavia, yo llegué tarde a la poesía, pero en algo coincido contigo jamás he leído tan vorazmente como en aquella época.
Gracias por contármelo.